Hoy en en el blog de Bricoelige, queremos hablarte de bombillas y vamos a contarte el porqué del cambio tan drástico en el mundo de la iluminación.
Ante la búsqueda de alternativas de ahorro económico, son varios los productos que en años anteriores eran una gran solución para los hogares pero que por su alto consumo de electricidad, fueron sustituidos por nuevos productos más sostenibles. Éste es el caso de las bombillas incandescentes, que ya hace algunos años desaparecieron del mercado y ahora son sustituidas por bombillas de bajo consumo y/o por bombillas de LED.
La evolución de las bombillas.
La primera bombilla incandescente fue un invento del físico y químico inglés Joseph Wilson Swan, y no del americano Thomas Edison, como se cree comúnmente. En verdad fue Swan el primero en patentar dicho invento. Swan recibió la patente británica en el año 1978 y Edison patentó la bombilla incandescente de filamento de carbono comercial en el año 1880 y desde entonces este invento ha estado en los hogares de todo el mundo durante 132 años. Pero la necesidad del ahorro eléctrico, económico y la protección del medioambiente han provocado que esta bombilla hoy en día quede obsoleta, para dar paso a las bombillas de bajo consumo.
La apuesta por las bombillas de bajo consumo.
El pasado día 1 de septiembre se cumplieron 4 años desde que se detuvo la fabricación de las bombillas incandescentes en Europa, con el propósito de sustituirlas por opciones más sostenibles como las bombillas halógenas y de LED, que prometen ser más eficientes en cuanto a proporcionar ahorro y en duración.
Aunque estas nuevas bombillas de bajo consumo son un poco más costosas de adquirir que las antiguas incandescentes, prometen generar un notable ahorro en el bolsillo de las familias; se calcula que una familia que utilice en su hogar bombillas de bajo consumo puede llegar a ahorrar alrededor de 25 y 50 euros al año en electricidad.
Las bombillas de bajo consumo utilizan entre un 50% y 90% menos de energía. Las bombillas LED tienen un vida útil de hasta 25.000 horas y las fluorescentes pueden alcanzar entre las 7.000 y 12.000 horas de vida útil.
Ésta es una gran ventaja ante las obsoletas bombillas incandescentes, que utilizaban más cantidad de energía para generar la luz y tenían un tiempo de vida útil bastante inferior en comparación a las de bajo consumo. Según cálculos de la Comisión Europea se estima que para el año 2020, se consiga un ahorro de electricidad equivalente al consumo anual de 11 millones de hogares.
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